Plic, Plic, Plic...
- Vaya por Dios, llueve, se preocupó la Señora Meier
Después, salió un sol radiante.
- Pues si que hace calor, se preocupó la Señora Meier
Los pimientos del huerto estaban pequeños para la época, la Señora Meier estaba preocupada pensado que no los había regado lo suficiente.
Las calabazas estaban enormes, y era pronto. La Señora Meier se preocupaba por si quitaban espacio a otras plantas...
Pilar nos cuenta con mucho cariño, qué la pasó a la Señora Meier
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